sábado, 30 de agosto de 2008

*"Un Padre que conoce la pobreza de sus hijos"

UN PADRE DIOS, CONSCIENTE
DE LA POBREZA DE SUS HIJOS.
¡Cuantas gracias tenemos que darte Padre mío, por todas estas cosas, que has dado a conocer a los que componemos tu viña!.
Como las buenas madres, Tu al pie del hijo de enfermo, por la debilidad de su naturaleza humana, que después del pecado original, puede enfermar, padecer, y morir con dolor físico y espiritual para los que acompañan en este caminar por la existencia con un cuerpo mortal.
Tú, Padre, te haces madre a través de la Iglesia Santa, que fundó Tu Hijo Jesús, para todos los que después de este gran evento para la salvación de la humanidad hemos sido Bautizados en Tu nombre: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

En estos días, donde el hombre contemporáneo no quiere saber del sufrimiento, y se apoya en la ciencia y en los placeres, en la comodidad y el activismo. Cosas que hacemos con prisa, como con afán de dominar el tiempo que vivimos, y que no nos pertenece.
Vivimos como en una carrera precipitada, donde nos molesta todo lo que entorpece nuestra marcha; A la sociedad de hoy les estorban: los niños, los ancianos, los enfermos y los pobres, porque nos hacen perder nuestro tiempo.
Ese tiempo precioso que pagamos con grandes esfuerzos físicos en gimnasios y grandes caminatas por conservar el tipo elegante.
Tiempo precioso de amontonar fortunas para otros, y llenar nuestra casa de todo tipo de inventos tecnológicos.
Pareciera que este tiempo solo fuera tiempo de vivir, y que la enfermedad y la muerte fueran errores de nuestra historia.
Mientras vivimos, no podemos considerar la muerte, por que, allí, acabarán nuestras historias, nuestras preocupaciones, nuestros deseos y nuestras victorias. Perecederas.
Sí hemos vivido así, contemplando toda esta experiencia maravillosa de vivir como algo que solo tenía un presente y quizás un pasado. Es razonable, y hasta justificable que solo tenga importancia el goce, la búsqueda del placer, y de una paz, que nunca nos saciara, por que ni siquiera esto llena la vida del hombre.
El hombre, ese ser que ha poblado el universo; con su expansión y sus ambiciones, no es solo un animal con necesidades físicas. Es un ser superior, dotado de unas cualidades que no solo se perciben en su físico. Si no que están inscrita en sus almas.
Tal vez sea que al hombre se le ha olvidado que posee un alma, que tiene que alimentar y cuidar, como a su parte exterior, y que además no se sacia si no es en su fin último, y este es el encuentro con su creador.
¿De que estoy hablando?. Me dirán aquellos que se declaren ateos, o aquellos que nunca hallan oído hablar de Ti, su Padre. Que les busca, que les cuida, que les mira, desde muy cerca, y que lleva esperando la vida de cada uno de nosotros, para que encontremos la felicidad, en Ti.
¿De que estoy hablando?. Me dirán aquellos que me ven luchar cada día, sin éxito, con achaques, con caídas y levantadas momentáneas.
¿De qué estoy hablando?. No será, que los hombres se han acostumbrado a oírnos repetir tus palabras, sin lograr descubrir el cambio profundo que en nuestras almas se realiza al encontrarte.

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